SOMBRAS DEL CONFLICTO
Centro de Memoria, Paz y Reconciliación
Las comunidades étnicas, a diferencia de otros colectivos de víctimas, no se enfocan en la reparación individual. Los indígenas y los afrocolombianos van a lo colectivo, siempre buscando la reivindicación de la comunidad entera. Lo que buscan espacios como este es la reparación simbólica, más que la material.
Uno de los principales problemas que enfrenta la comunidad afrodescendiente víctima de desplazamiento es la pérdida paulatina de identidad, que está dada por la cultura y todos los factores que la componen, y que al llegar a ciudades como Bogotá es difícil mantener. Sin embargo, los esfuerzos por recuperarla y mantenerla viva se convierten en una forma más de resistencia, y en el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación les brindan los escenarios para no dejar que muera.
Un ejemplo de esto son las Navidades Negras, un espacio para que las víctimas afro compartan sus tradiciones de la época de diciembre con otros miembros de la comunidad, en un intento por traer a la ciudad un aire del pacífico en esta época tan nostálgica por definición.
Existe también un programa llamado Oficios de la Memoria, que se compone sobre varios ejes, uno de ellos se llama sabores y saberes, que como su nombre lo indica, tiene que ver con la comida. Lo que se hace es buscar formas de recuperar la cultura y las tradiciones desde la cocina y desde la comida, y como hacer resistencia mediante esto. Se desarrollan talleres en los que mientras van cocinando van contando, por ejemplo, historias sobre cómo aquí un coco les cuesta cinco mil pesos mientras allá se les caía en la cabeza todo el tiempo. Cómo se les dificulta conseguir algunos ingredientes para sus platos típicos, cómo el entorno mismo de la ciudad va en contra de sus tradiciones, de su cultura.
Es por esto que se de desarrollan incentivos para recuperarla y se abren espacios para que se conozca, y estas son tan solo algunas de las actividades que se desarrollan con las comunidades afrocolombianas. Dentro de esos oficios hay varios, no podría decirse que son dirigidos a comunidades afrocolombianas, sino que son más amplios, como el Costurero de la Memoria, que son tejidos que se hacen mientras se van contando historias. Estos tejidos son hechos por las madres de las víctimas, mujeres madres de hijos asesinados en el marco del conflicto armado, entre las que desde luego, se encuentran mujeres desplazadas afrocolombianas.
Las comunidades afrocolombianas han sido victimizadas desde antes del conflicto armado, lo han venido siendo durante siglos, se les ha esclavizado y negado el territorio desde siempre, lo que se traduce hoy en día en racismo y discriminación, factores que hacen a esta población aún más vulnerable.
Para Carolina Vergara, administradora del Centro de Memoria, Paz y Reconciliación, la ciudadanía debe jugar un papel fundamental en la reparación a las víctimas afrocolombianas:
Yo creo que hay que cambiar el chip un poco y entender que no todos ellos están acá porque quieren, que han sido víctimas de un conflicto y digamos que ese conflicto de esta manera está tocando a la ciudad. Además creo que también tienen que tener un papel protagónico en garantizar que sí se da este acuerdo de paz, y los acuerdos de paz que se den en adelante, se cumplan. Garantizar que se cumplan es empezar a garantizar la no repetición, que es una de las cosas que están exigiendo las víctimas en general, incluidas las comunidades afrocolombianas, que no se repita la victimización. Aquí estamos construyendo un archivo de historia oral, que lo estamos ampliando, donde hicimos unas entrevistas con víctimas de desplazamiento residentes en Bogotá, y uno encontraba que han tenido una o dos victimizaciones fuera de Bogotá pero cuando llegan a Bogotá han tenido tres más, sean amenazas por parte de sus vecinos, discriminación de todo tipo, o como siguen reclamando sus tierras, los mismos grupos armados llegan hasta acá a amenazarlos por ese tema, entonces creo que mientras la ciudadanía primero conozca las causas y las consecuencias del conflicto, luego debe ser garante de la no repetición, creo que eso es un papel fundamental y creo que eso va a ayudar un montón a solucionar todo este tema de la discriminación y la revictimización.
La comunidad afrocolombiana ha sido una de las más afectadas por el conflicto armado, ya que en su mayoría provienen de regiones del Pacífico colombiano, un territorio rico en recursos minerales y estratégico, por su salida al mar, para rutas del narcotráfico, entre otros factores que hacen que los grupos armados ilegales, y principalmente las denominadas Bacrim se disputen su territorio, generando niveles de violencia y desplazamiento alarmantes.
Otro de los grandes problemas a los que se enfrentan las víctimas es la lucha por volver a su territorio, con el que mantienen un estrecho vínculo fortalecido por la cultura y la identidad. Ejercer la propiedad, como concejo comunitario de los títulos colectivos que hacen suyo el territorio, ha sido una gran dificultad y una lucha que han adelantado las comunidades afrocolombianas e indígenas por tener sus territorios para la comunidad en general. Esto les garantiza acciones como la consulta previa para desarrollar cualquier proyecto o megaproyecto, les otorga una serie de derechos que hasta el momento han sido muy difíciles, por no decir imposibles, de hacer valer.
Podría decirse que no hay, por más de que se hable de una titulación colectiva en donde se les entrega la propiedad a ellos, posesión ni pertenencia efectiva de los mismos. Es necesaria la presencia del Estado para garantizar que esos títulos se respeten y se respete la propiedad sobre el territorio, lo cual no ocurre, sin contar con que además hay títulos que que están en un proceso que parece interminable.
Para Carlos Espitia, investigador del Centro de Memoria, Paz y Reconciliación, y director del diplomado La Paz es Ahora, aún falta mucho, a pesar de que se han abierto muchos espacios, pero considera es que es muy difícil que Bogotá asuma todas las responsabilidades frente a este tema. “El Estado no está asumiendo sus obligaciones como las debería asumir, y creo que es un problema bastante complicado para la ciudad, como administración, el garantizar la reparación o ayudar a que esta se dé".
Sin embargo, no se puede negar que hay avances muy grandes en la administración distrital, como el Centro de Memoria, que es un espacio para que las víctimas hagan sus ejercicios de construcción de memoria y de lucha contra el olvido. Existe también una Dirección de Asuntos Étnicos y la Integración Social, que tiene trabajo en las localidades con estas comunidades, así como los Centros Dignificar, que aunque son para todas las víctimas, les permite llegar y encontrar todas las entidades que tienen que ver con su atención inmediata en un solo sitio y contar con asesoría, al igual que las Casas Afro.
Los espacios se han abierto y hay ejercicios muy interesantes, aunque es innegable que aún falta mucho por parte del Estado. Carlos Espitia dice:
Cuando me refiero al Estado me refiero al Gobierno Nacional, creo que está dejando situaciones en cabeza del Distrito que de pronto no tendría por qué asumir una responsabilidad nacional frente a temas de vivienda, salud, seguridad, que no se están garantizando. Creo que debe haber más presencia y más acompañamiento del Gobierno Nacional en las comunidades desplazadas y afrocolombianas, y dar garantías para que las comunidades que todavía están en el territorio puedan ejercer sus derechos tanto a la propiedad como a la modificación del uso de sus tierras, pues no es coherente que el Presidente promueva una ley de restitución de tierras y al mismo tiempo de carta abierta a la locomotora minera, que destruye esas tierras tanto desde el punto de vista ecológico como de construcción de comunidad y dinámicas sociales en torno a ese territorio.
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P: ¿Qué se busca desde la Dirección de Asuntos Étnicos?
R: Buscamos sacar ese grueso de la población afectada para volverlas personas productivas a la sociedad. No se trata de caer en el asistencialismo sino que sean productivas y vuelvan a su vida habitual, haciendo sus tareas cotidianas. No es atenderlas en un cien por ciento.
P: ¿Qué factores considera que hace a la población afro más vulnerable al resto de víctimas del conflicto armado?
R: Hay un factor que siempre está ligado a la población afro y es su historia, su ancestralidad que tiene que ver con que siempre ha sido una población sometida y eso repercute en lo que es el racismo. El racismo es un factor que influye negativamente en la población afro. En una ciudad como Bogotá donde la mayoría de la población es blanco-mestiza, obviamente a las minorías los excluyen. Eso lo vemos a diario, lo vemos por ejemplo en el servicio público cuando los blanco mestizos ven una persona negra y prefieren no sentarse al lado de ella. El hecho de ser negro, influye de manera negativa frente al resto de la población y ese es un factor que no permite el desarrollo integral y no permite que estemos en igualdad.
P: ¿Qué otros factores afectan a las víctimas afro que vienen a la ciudad?
R: También está el tema de ser víctima , de no tener unas condiciones y obviamente de venir de regiones muy apartadas. La gente cree que las personas por ser víctimas no tienen una formación o educación y al pertenecer a minorías étnicas es mucho más difícil cambiar esta percepción. Si pones a dos personas desplazadas, una blanco mestiza y una afro a competir por un trabajo, te aseguro que primero contratan al mestizo.
Conozca a Henry Tenorio Segura
Muestra cultural de afros en Bogotá en el marco del evento organizado por la fundación Afromupaz.(Mujer Afro por la Paz)
Evento organizado por la fundación Afromupaz | |
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